El ser humano es un organismo de costumbres. Toma una rutina y se adecua a ella, lo hace una y otra vez... Odiamos los cambios, nos encanta lo seguro y lo cómodo de lo habitual, de los entornos conocidos.Le tememos a lo nuevo, y nos sentimos fuera de lugar cuando inevitablemente la rutina se va. Pero ¿Qué pasa cuándo lo habitual se vuelve inseguro?, ¿Qué pasa cuando el temor – ese temor al cambio – nos alcanza?.
Inseguridad... Preguntas... Miedo. Y aunque no queramos aceptarlo, todos somos en nuestro interior, en nuestra alma, en nuestro centro, en nuestro núcleo, la suma de nuestros temores. Y para cumplir con nuestro destino, con nuestra meta, y quizás con nuestra razón de ser, debemos inevitablemente enfrentarnos a esos temores, y conquistarlos, ya sean familiares o desconocidos.
A veces me pregunto ¿De dónde viene esto?, ¿Está obligación de solucionar los problemas y enigmas de la vida?. Está búsqueda... Es tan fuerte, y aun así las más simples preguntas no han podido ser contestadas. ¿Por qué estamos aquí?, ¿Qué es el alma?, ¿Por qué soñamos?, ¿Por qué yo y no otros?, ¿Por qué ahora y no antes?, ¿Por qué aquí y no en otro lugar?.
A veces cómo que sería mejor dejar de buscar esas respuestas. Porque creo que para es no estamos aquí... No vinimos a resolver misterios ni buscar respuestas. A la final, lo que realmente importa, es cuando el corazón humano puede encontrar el significado al más insignificante momento.
“Lejos en el fin del mundo, al borde del final, dónde no hay más allá, dónde todo es silencioso y tranquilo, paz étera. El miedo esta lejos, atrás, en la cotidianidad... Huyes, te alejas, corres, te escondes, escapando del destino. Pero sabes, ninguno de nosotros tenemos la astucia necesaria para huir de él, de nuestro destino. Es verdad, el mundo no es pequeño, pero tu si, y el destino puede encontrarte en cualquier lado”.
Tenemos percepciones erradas del mundo, del tiempo, de los elementos, de dios, y del destino también.
Quizás destino no significa que todo esta escrito, o que todo esta predestinado. Y quizás sea LA razón, no dos, no tres, ni cuatro, una, la importante, la razón de existir. Y simplemente, o cumplimos nuestro destino o no lo cumplimos. No somos dueños de él, él es dueño de nosotros. Porque en verdad ¿Podemos elegir cuándo nos elevaremos?, O ¿Cuándo caeremos?, O ¿Una fuerza superior nos indica el camino?. Y me parece que todo es más bien parte del destino del hombre, no pudiendo elegir su triunfo, simplemente escogiendo el lado en que estará, para cuando venga la llamada del destino, esperando tener suficiente coraje para afrontar las consecuencias de sus actos.
Y aunque le tememos a los cambios, estos son necesarios... Y aquellos que te conocían antes de que aceptaras tu destino, aceptaras la razón para la que estás aquí, no pueden entender lo que realmente significa “Razón de ser”, no pueden entender los cambios que tu destino ha generado en ti.
Odiamos perder, tener fallos, equivocarnos. Tal vez estos cambios, tal vez este destino, nos acerque cada día más a esa tan estúpidamente imaginaria perfección. Y aunque los errores existen, todos somos parte de un diseño universal sin errores, y tal vez toda la vida podemos estar dudosos de si lo que hicimos estuvo bien o mal. Pero a la final el que realmente entiende todo este lió, se da cuenta de aquellos que pueden entender toda esta – Evolución – y quien simplemente se opone.
La evolución es imperfecta, y violenta. Batallas entre lo que existe y lo que esta por existir... En medio de esos cambios, la austeridad pierde su sentido. La cuestión entre la maldad o la bondad, se reduce a una simple elección: Sobrevivir o perecer... No sé, si la evolución selecciona a personas especiales para hacerlas más especiales, o si es un proceso aleatorio. A la final, todos evolucionamos. Unos más rápido que otros. Y aquellos primeros serán los únicos, los singulares; Hasta que los demás los sigan.
Pero toda evolución implica sacrificios, y a veces esos maravillosos cambios, son más una maldición que una bendición. No se trata de subsistir, se trata de estar por encima de otros. Eso implica envidia, celos, traición. Porque la evolución no es un proceso que implique moral, o sentimientos. Solo se limita a la lucha entre la vida y la muerte. Solo se puede esperar a los resultados, y tener la esperanza de que todo salga bien, y aún así pueden quedar residuos de lo que eras antes – arrepentimientos, remordimientos, contradicciones –.
Para todo existe una época, un momento exacto, cada propósito tiene su tiempo. La tierra gira rápidamente a la derecha, mientras tratamos de alguna forma evitar ser lanzados. ¿Será que las señales de lo que se avecina, están a nuestro alrededor?, ¿Será que hubo alguna advertencia de la llegada de los cambios?. Sobrevivir, adaptarse, escapar. Si en realidad pudiéramos detectar ese momento en el tiempo, ese primer indicio de lo que se aproximaba. ¿Habríamos hecho algo diferente?, y si pudiéramos alterar el resultado, su estado, su curso, ¿Lo haríamos?. Nuestro futuro esta forjado por nuestro pasado, somos lo que somos, por lo que hacemos y decimos, mi pasado esta grabado en piedra, pero ¿Está en nuestras manos poder cambiar el curso del destino?, ¿Y en cierto modo parar a la muerte?.
Gozamos de libre albedrío, ¿Eso es lo que nos hace únicos?... No lo sé, pero me parece que con eso tenemos, un pequeño chance de cambiar lo que seremos. Pudiendo reencontrarnos con nosotros mismo, encontrarnos con nuestra identidad, perdida entre tantos cambios y evolución.
El mundo es difícil, vivir también lo es, son tantas cosas de las cuales estar pendiente. Para sobrevivir a esta tierra, siempre nos mantenemos cerca de las gente de la cual dependemos. Ellos lo saben todo, nuestros secretos, miedos, esperanzas... Pero ¿Qué pasa cuándo la confianza se pierde?... ¿Por dónde nos escapamos?... ¿Qué hacemos?... No sé, sería tener todo perdido, lo único que restaría sería correr.
Lo más importante de todo es que: Cuando abarcamos que mentiras se encuentran dentro de nosotros, nuestro potencial alcanza los no-limites. Es verdad, el futuro esta lleno de promesas, el presente de expectativas... Pero cuando luchamos en nuestra contra, y negamos nuestros deseos, la incertidumbre toda parte en la escena. ¿A dónde lleva todo esto?, te preguntas, ¿Cuándo acabarán los cambios?. ¿Es esta transformación un regalo o un maldición?.
En fin, para aquellos que temen lo que el futuro les depara, la pregunta más importante de todas es: ¿Alguna vez podremos realmente cambiar lo que somos?, y no simplemente ocultarlo no siéndolo – Exteriormente –...
Todo lo nuevo comienza hacerse familiar en algún momento, y volvemos a la rutina, las antiguas vidas desechadas quedaron atrás. Las caras extrañas se hacen familiares, nuevos amigos con los que sentirse seguro. Solo así, solo allí se encuentra el control, la necesidad de ordenar la incoherencia, el caos.
... Y sin quererlo algunas preguntas son más poderosas que las respuestas. ¿Qué esta pasando?, ¿Quiénes somos?, ¿Por qué yo?, ¿Por qué ahora?, ¿Qué significa todo esto?.
Atentamente
Luis Olivera
22/03/07
10:39pm
Barquisimeto - Venezuela
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