Xtranamnt

Hablo con los espejos, pero no me dicen nada, les pregunto sobre mí, pero no saben que decir... Sólo logro escuchar los ecos de mis propios pensamientos. Mi piel se quema literalmente, y bajo mis uñas sólo quedan los residuos, los residuos de muchas vidas pasadas. El calor nos va a matar, y ya ni mi aire quiere enfriar. Mi cabello se queda entre mis dedos, y comienzo a sentir un vacío en mi cráneo. Desnudo y sudado, con ganas de dejar bien claro que más allá de esa puerta no hay nada.

De tanto rascar mi piel, he comenzado a sentir mis huesos que han sido roídos por ratones hambrientos. El calor viene de mi interior y se mezcla con el calor exterior, y me dan ganas de quitar uno a uno cada parte de mi cuerpo, quedar completamente despojado, sin carne, sin piel, sin huesos. Ya no soporto tanto infierno, y no entiendo si después de todo yo he sido tan bueno. Ya no quiero ni abrazos, ni cariño, las muestras de afecto me afectan los sentidos. Un vapor se introduce en mi cuerpo deshaciendo lo que hay dentro, derritiendo todo sin dejar huellas, lástima que mi alma es inmune, y de todo lo que queda ya no queda nada, de todo lo que era ya nadie se acuerda, de todo lo que dije ya nada tiene sentido, y sin embargo todo eso sigue siendo mío.

De lo poco que el calor me deja sentir, siento que ya no sientes lo que solías sentir, sin embargo sigues mirando a los que te miran mirar, tratando de disimular lo que alguna vez me hiciste pensar. Pues ahora solo quedan recuerdos y más recuerdos, confusión que trata de convertirse en coherencia, pero por más que lo intente muy difícil será. Aparecen máscaras de gas para tapar lo que no se quiere mostrar, máscaras de gas para no sentir el olor putrefacto de la sociedad. Millones de máscaras de gas para no oler la cagada de nación que nos sirvieron para despistarnos.

Osos de felpa machacados con ira, inocencia absorta que no deja rastros de existencia, calor que se apodera de tu ser y te hace mostrar tus bajos instintos... Todo se diluye con el agua que brota por los poros, todo se marchita, se muere, se va, con el río de vida que muerto está.

Manchas en las sabanas, platos sucios, basura que se acumula, la casa esta sucia. Todo se precipita menos la lluvia, el cuarto se cierra, el aire se acaba, me asfixio de una, no dejo de pensar pero no pienso en nada, frases sin sentido se comienzan a escuchar, "Déjame estar", "Déjame ser", "Déjame a mí", "Déjalo así", ya no hay escape lo siento venir...

Por favor, sácame de aquí... El calor no me deja vivir, y cuando por fin logro pensar, sólo pienso en la bendita soledad, en lo que nunca puede armar, en las mentiras que me dije sin mucho pensar, sabiendo claramente que muero mi vida viviendo la muerte.