Siempre he sabido de mi diferencia con el mundo, tal vez sólo sea algo que sienten todos, es una etapa por la cual todas las personas pasan, pero quizás no sea así, me siento distinto, y todo el tiempo me he sentido como el chico nuevo en todas partes. No siento una conexión con la gente, ni la gente conmigo. Pero hoy, no sé si sea por el aburrimiento, no sé si sea porque no tengo más nada que hacer, no sé si sea por necesidad, me ha dado por mostrarme un poco más “NORMAL” con los que pasan por acá, un poco más común, un poco más anónimo entre tantos que quieren ser reconocidos... Tal vez sean ganas de mostrar que soy de carne y hueso, que si existo, que siento, padezco y sufro, que río pero también lloro, que soy cómico pero a veces aburro, que soy obsesivo, posesivo y celoso, y que a la hora de la verdad no me parezco en nada en como pueden percibirme los demás (o quizás a la manera en que yo mismo me he estado mostrando), por mi forma de escribir, o tal vez sea por mi forma de abordar las cosas, pero es necesario sacarlo, porque hay veces que realmente me asfixia, me oprime, y me ahoga. Me juzgan y prejuzgan, pero realmente no saben lo que siento, o lo que realmente soy, me miran si pensar que yo también percibo sentimientos, me conceptúan y me odian, sin conocerme...
De momentos me da por pensar que todo es una gran pelota de mierda, y hasta he tenido ganas de apretar el botón ERASE para ver si se borra todo... Me parece que sólo soy un chico normal supongo, con muchas aspiraciones (como todo el mundo), y que por supuestos la gran mayoría de esas aspiraciones se quedan como sueños inalcanzables... El punto es que hoy necesito la aceptación de la gente, hoy necesito integrarme a la sociedad (quizás mi asociedad me ha atrofiado mi sentido de la sociabilidad), que si es por la depresión, puede ser pero realmente no me importa... Que si es porque creo que necesito ser el centro de atención, quién quita y sea por eso, aunque si lo pienso nunca he sido el gran centro del mundo.
Los días normales para mí no existen, esos días como cualquier otro están llenos de un sinfín de rarezas, de cualquier estupidez, de cualquier ironía, y posiblemente termine siendo pastor de una iglesia, porque mi vida es así, un gran paradigma, una gran rutina con muchos inesperados, una soledad implacable, apaciguada por amistades de dudosa procedencia. Porque simplemente lo es, sufro por la gente que quiero y creo que me quieren pero no es así, entonces en realidad es nada… Es darme cuenta de que todo es una gran pérdida de tiempo que no vale la pena, y últimamente pienso que no sirve de nada el existir, es querer completamente la destrucción de mi ser, que no quede nada, absolutamente nada de mí.
Por eso admito que no tengo nada mejor que decir, que ya no se haya dicho, ya no quiero pensar, ni quiero creer que la gente cree en mi, ni que ellos crean que yo les creo, tampoco quiero crecer para después descubrir que todo el maldito mundo es una mierda. Ya no me importa nada, todo lo que me rodea solamente es la escoria. Ya no hay son en este tango, ni fiesta en esta rumba, el anacronismo reina, y el tiempo se desvirtúa, el espacio se escandaliza y se desdibuja para dar paso a la nada, he perdido las esperanzas, y la fe en todo, solo quiero dejarme llevar, caer, o saltar, hacer cualquier cosa que me lleve a otro lugar... Así por lo menos, por momentos, sé que puedo estar detrás, donde ya nada existe.
La brumosa realidad, me sobrecobija, no sé a donde ir, ni que realizar. El pánico se hace presente dentro de mi alma perturbada por la realidad, sé que tiene que ver con la falta de algo bueno en el mundo, semanas escuchando la misma melodía, las manos se me enfrían, tropiezo con mi verdad, la verdad de la cual no puedo escapar… Mientras las habitaciones se hacen más pequeñas encerrándome dentro de ellas, y el exterior se ensancha volviéndose enorme y oscuro. Trato de huir de mi encierro, huir de adentro, pero al salir de esta coraza, pierdo el sentido por tanto que ver, me saturo de información, me lleno de imágenes y sonidos, hiperventilo y pierdo el conocimiento, se contrae mi cuerpo, mi interior… Reacciono, y ya es de día y me pregunto ¿En qué momento dejo de serlo?, siento el ruido del exterior y descubro que estoy de nuevo encerrado, no tan bien pero a salvo, de otro día cualquiera.
De momentos me da por pensar que todo es una gran pelota de mierda, y hasta he tenido ganas de apretar el botón ERASE para ver si se borra todo... Me parece que sólo soy un chico normal supongo, con muchas aspiraciones (como todo el mundo), y que por supuestos la gran mayoría de esas aspiraciones se quedan como sueños inalcanzables... El punto es que hoy necesito la aceptación de la gente, hoy necesito integrarme a la sociedad (quizás mi asociedad me ha atrofiado mi sentido de la sociabilidad), que si es por la depresión, puede ser pero realmente no me importa... Que si es porque creo que necesito ser el centro de atención, quién quita y sea por eso, aunque si lo pienso nunca he sido el gran centro del mundo.
Los días normales para mí no existen, esos días como cualquier otro están llenos de un sinfín de rarezas, de cualquier estupidez, de cualquier ironía, y posiblemente termine siendo pastor de una iglesia, porque mi vida es así, un gran paradigma, una gran rutina con muchos inesperados, una soledad implacable, apaciguada por amistades de dudosa procedencia. Porque simplemente lo es, sufro por la gente que quiero y creo que me quieren pero no es así, entonces en realidad es nada… Es darme cuenta de que todo es una gran pérdida de tiempo que no vale la pena, y últimamente pienso que no sirve de nada el existir, es querer completamente la destrucción de mi ser, que no quede nada, absolutamente nada de mí.
Por eso admito que no tengo nada mejor que decir, que ya no se haya dicho, ya no quiero pensar, ni quiero creer que la gente cree en mi, ni que ellos crean que yo les creo, tampoco quiero crecer para después descubrir que todo el maldito mundo es una mierda. Ya no me importa nada, todo lo que me rodea solamente es la escoria. Ya no hay son en este tango, ni fiesta en esta rumba, el anacronismo reina, y el tiempo se desvirtúa, el espacio se escandaliza y se desdibuja para dar paso a la nada, he perdido las esperanzas, y la fe en todo, solo quiero dejarme llevar, caer, o saltar, hacer cualquier cosa que me lleve a otro lugar... Así por lo menos, por momentos, sé que puedo estar detrás, donde ya nada existe.
La brumosa realidad, me sobrecobija, no sé a donde ir, ni que realizar. El pánico se hace presente dentro de mi alma perturbada por la realidad, sé que tiene que ver con la falta de algo bueno en el mundo, semanas escuchando la misma melodía, las manos se me enfrían, tropiezo con mi verdad, la verdad de la cual no puedo escapar… Mientras las habitaciones se hacen más pequeñas encerrándome dentro de ellas, y el exterior se ensancha volviéndose enorme y oscuro. Trato de huir de mi encierro, huir de adentro, pero al salir de esta coraza, pierdo el sentido por tanto que ver, me saturo de información, me lleno de imágenes y sonidos, hiperventilo y pierdo el conocimiento, se contrae mi cuerpo, mi interior… Reacciono, y ya es de día y me pregunto ¿En qué momento dejo de serlo?, siento el ruido del exterior y descubro que estoy de nuevo encerrado, no tan bien pero a salvo, de otro día cualquiera.
Barquisimeto – Venezuela
12:39pm.
01/02/06
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