Xtranamnt

“Nadie vino de las estrellas a rescatarme”… Y sin embargo estas palabras no han llegado solas… Cierto, ya es hora de dejar de compadecerme, ya estoy súper deteriorado de tanto (¿Qué tanto?, lo suficiente como para cansarme de los mismos sentimientos agotados por el sobre-uso), cansado de buscar comprensión en dónde no existe. Es tiempo de hacer algo diferente, dejar de estar en el limbo, entre la realidad y la fantasía, debo por un momento parcializar mi vida, y escoger una salida.

Aunque por supuesto no es muy sencillo, sobre todo cuando te invaden miles de miedos, y prefieres esconderte en la seguridad de la duda, que en el riesgo de una posición clara. Miedos que son infundados por millones de razones, y cada vez que estoy solo es que aparecen.

Miedo al abandono, a que uno a uno se vallan las personas importantes en mi vida, miedo al rechazo, miedo a que las cosas no sean iguales cuando se trata de mis amigas. Miedo a que una se case y su futuro sea forjado en hierro, y no importe lo que haga, porque no lo voy a poder evitar. Miedo a que una se me enamore y comience a salir sin mi, y así poco a poco yo comenzaré a perder de tantas cosas, y nunca más seremos ella y yo, sino ella y su novio. Y mientras escribo esto, crece mi miedo al distanciamiento con otra persona importante para mí, y sin poder hacer nada observo la muerte de nuestra amistad. (¿Qué puedo decir?, soy un vil egoísta, por querer que las vidas de mis amigos tengan su punto de congruencia en mi)… Y todos los días desde hace poco, pienso en “No hay que aferrarse a las personas”, pero ¿Cómo no hacerlo?, ¿Cuál es le método?.

Quizás lo más difícil de aceptar, es que mi vida se ha quedado atascada, mientras todos hacen amistades nuevas, salen, se enamoran quizás, conocen gente distinta, beben y/o fuman con ellos, se hacen muy amigos, se toman fotos, hacen fiestas, y todas esas cosas, yo por mi parte simplemente me he quedado esperando, esperando por invitaciones, por salidas, por fiestas. Amigos viejos que poco a poco se desdibujan de mi vida, si hay fiestas, si hay salidas, si hay amigos pero mucho menos que antes. Por otra parte aun no sé cómo llegar a ser parte de la vida de nuevas personas, aun continuo esperando por invitaciones, salidas, por bochinche, rumba, etc. Pero no, no hay más que solo un exceso de silencio, y no me quedo el silencio no es malo, solo debo aprender a seguir.

Este es un paso para retirar todo lo que hay dentro de mí, y sacar esos miedos, celos, odio, y comenzar de alguna menare des un punto neutro, dónde ya no pueda auto-compadecerme, dónde ya no pueda producir lastima en los demás.

Siento celos de las personas que tienen lo que yo desearía, celos de la linda relación entre un pana y su hermosa novia, a veces creo que no soy digno de algo tan lindo como eso, a veces creo que soy solo un chiste, un tonto que espera demasiado de la gente y que a la final nunca aprenderá que lo mejor es desconfiar. Es muy arrecho siempre estar de buenas, y hablarles a todo el mundo con tremenda sonrisa, ser amable y apacible, consecuente y sobre todo full pana y servicial, pensar en todos siempre, y recordarles lo importante que son, y que sin embargo te salgan con un mal comentario, con una patada, por eso a veces no soy muy amigable, por eso es que a veces no soy de mucho hablar, me he acostumbrado a callar, porque para que contestar el ¿Cómo estás?, si se que nadie se interesa en verdad por cómo me siento, solo es una pregunta vacía.

Lo sé, lo sé, lo sé, más de lo mismo, otro post dedicado a la miseria y tristeza, y quisiera que fuera el final, de este maldito tomo consagrado a sentimientos que no quiero tener dentro, espero que con esto sea suficiente para extirpar este mal cáncer que me consume inexorablemente.

Ya no quiero perderme de cosas que quiero hacer por no tener con quien hacerlas, ya no quiero quedarme en casa escuchando como otros viven sus vidas, y la mía continúa atada a la de ellos. Salir, respirar profundo, y decir soy completamente para ir y venir, hacer y decir lo que quiera sin tener que necesitar de acompañantes de viajes que vigilen mi camino.

Drama, y más drama… Odio el drama, y pareciera que estoy sobre-actuando, pero todo es muy real, son cosas que tengo atascadas por años, comentarios que aun queman mi orgullo, desplantes que destruyen mi falsa sonrisa, que solo una felicidad concreta y no efímera podría arreglar.

Y es que ni siquiera el vacío perfecto existe, pero por algo se empieza cuando se quiere vaciar el alma de sentimientos inservibles que se acumulan con el pasar de los años, y solo quiero volver a ser distraído, no pensar mucho en cosas tan triviales, ser anti-parabólico, parecer tonto para no tener que responder preguntas absurdas. Solo quiero pensar en el crecer de la grama, el volar de los pájaros, el pasar del tiempo, el maullar del viento, y ser feliz por ese momento, pensar en cosas pequeñas, y así poder lograr que mi alama este en paz.

“Nadie vino de las estrellas a rescatarme”, ahora lo sé perfectamente, y ya es tiempo de avanzar, de borrar, y extirpar cada migajita de odio posible, que habita en mi, y poder vivir sin tantas preocupaciones, ahora lo sé, ahora lo sé.

Debo dejar de creer cada cosa que me dicen, y ser honesto conmigo mismo, dejar de engañarme entre tantas fantasías y sueños inconclusos, ser feliz para siempre, escribir sobre otras cosas, y no solo de cómo me siento, salir de este tremendo hoyo, y decir HOLA, estoy completamente vivo, estoy haciendo lo que me gusta y porque quiero, estoy cansado de dar la imagen de ser yo contra el mundo, cuando la realidad es distinta, cuando quiero que la realidad sea otra.

Uno nunca sabe de dónde vendrá la ayuda, y las palabras tienen un gran poder iluminador, un proceso liberador a comenzado en mi interior, comenzado con este quizás borrón y cuenta nueva, una página en blanco que necesita ser escrita, un rescate estelar que aunque no se diga era muy necesario.