
Un sentimiento extraño esta dentro de mí, una nostalgia salida de la nada, tristeza pura que vibra, sofocándome por dentro. Mi cabeza parece que va a estallar en mil pedazos, el dolor no lo siento pero se que esta presente, pero... ¿Qué tipo de dolor es?..., ¿Dolor físico?..., ¿Dolor espiritual?..., Tal vez nunca lo descubra; sólo sé que no puedo respirar, la congestión de mi nariz se profundiza y me asfixia, mi asma se agrava, y siento muchas ganas de estornudar. Con cada exhalación siento que el alma se me va, por partes, poco a poco, dejándome vacío, sin recuerdos, sin emociones.
Ya casi solo soy un cuerpo hueco, un vegetal, frío, seco, y con un dejo de perdida en mis ojos, veo el abismo que me atrapa y me jala a su interior, trato de respirar profundamente, pero cada vez, me es más difícil, un dolor en el pecho me lo impide. Las lágrimas salen de mis ojos, solas, refrescando mi mirada, todo esta oscuro, no sé si es que ya la noche llego, o es que mi vista ha dejado de funcionar. Muy lentamente me voy deteriorando, y nada de lo que haga lo puede impedir, mi cerebro lentamente deja de concentrarse y poco a poco se pone en blanco, cosa que cuando estaba lucido me costaba, siento un gran grado de relajación, pero también siento miedo de dejar de existir, siento miedo de irme, siento miedo de lo que me espera en el futuro, siento miedo de mi, de lo que soy, o lo que deje de ser, no se si estuvo bien lo que hice, siento remordimientos, todo es tan confuso, parece que todo lo hice MAL.
Oh... Que dolor siento, no sé si es físico o espiritual; una punzada dentro de mi ser me calcina las entrañas, siento que muero por dentro, mientras mi exterior sigue intacto, con pocos rastros de lo que me ocurre; no sé si estoy alucinando, pero escucho una melodía lenta, pero con cierto ritmo, me recuerda lo que he sido, y parece que revivo de la nada... El miedo el enemigo se va, ya no siento remordimientos, ni miedo de la muerte, muerte que solamente me quita mi vida, pero no lo más importante que tengo, mi alma; muerte que solo es el siguiente paso, muerte para nacer, nacer para vivir, vivir para morir, muerte natural, conocida, amiga, parte de la vida, eso me hace recordar que no debo sentir vergüenza de lo que soy, así soy, y que... Debo afrontar mis responsabilidades, si hice algo mal es mi culpa...
Ya no siento miedo de mí, ni de nadie, ni de lo que viene después de que deje este mundo, caótico, con mal interpretaciones, confuso, alocado, pero sin embargo lindo, amigable, amoroso, aunque hambriento y moribundo... Mi decadente muerte continua, no sé como sé que voy a morir, pero es algo que asumo; el dolor aumenta, pero ya casi no lo siento, mi cuerpo pierde peso, y abro los ojos, puedo ver el techo de mi habitación. Siento mi cuerpo muy caliente, y ni la fría brisa invernal de la noche me refresca, me sofoco, me ahogo, comienzo a jadear.
Puedo percibir la luna, esa luna en todo su esplendor, que me hace sentir tan insignificante. Las luces del exterior penetran a mi cuarto, alumbrando la oscuridad que yace sobre mi cuerpo inmóvil, quieto, inerte, inactivo, nuevas lágrimas nacen de mis ojos... Mal día, muy mal día... Septiembre, ¿Qué te he hecho o te he dejado de hacer, para que me trates así?, solo soy un célibe más dentro de esta sociedad hipócrita, sin amor, sin cariño... Pero que estoy diciendo, yo puedo amar, he amado, mis hipótesis son falsas, aunque esté decadente este mundo, nuestro mundo, todavía es capaz de sentir amor, somos pocos, pero aun vive.
Mis manos y mis piernas he dejado de sentirlas, están entumecidas, pero aun así escucho un ruido peculiar, lo conozco, se de que se trata, es mi celular, y ese sonido solo puede significar que mi amiga me solicita, pero no puedo contestar... He dejado de ser yo, ahora solo soy plasma regado en el aire de mi alcoba, joder, que vida la mía, es tan difícil ser yo, que me entiendan y comprendan de verdad, pero este no es el caso, el caso es que me voy, y por lo único que siento lastima es no haber podido despedirme, este sentimiento tal vez sea el único que nunca se valla, este sentimiento de perdida por no poder decirles a los que amo, que los amo... Por sentir vergüenza de afrontar mi amor, me arrepiento de nunca haberle dicho a esa chica que me gustaba mucho, pero con arrepentirse no gano nada...
Ya que puedo hacer, ya me voy, flotando, una luz me espera, ¿qué será?, pronto, muy pronto lo descubriré...
Que estúpido me siento, es la lámpara sobre mí, la luz que creía me esperaba, tal vez hoy no sea mi día para morir, pero eso no hace que el dolor se aleje. Ya no soy consiente de casi nada, pero puedo percibir que alguien me llama, me sujeta... Yo, mi alma, vuelvo a mi cuerpo, y reacciono, despierto de un sueño, mis ojos permanecen desorientados y perdidos en el horizonte, escucho que me preguntan *¿Estás bien?*, si, si lo estoy, respondo, mientras continuo mirando por la ventana, *¿Qué te ocurre?*, nada... Pero por fin descubro que el dolor que siento es espiritual, el dolor de perdida, dolor que nunca se ira de mi, se ha arraigado dentro de mi ser, ahora pertenezco a él y él a mí... Dolor que suelo sentir para estas fechas, es el dolor de mi alma, que llora, por la partida, y nuevamente recaigo en la muerte, parte de la vida, morir para nacer, nacer para vivir, vivir para morir, el ciclo constante de este mundo, del universo, pero por muy natural que sea, me causa dolor, mucho dolor...
Se que debo continuar con mi vida, y lo hago, pero hay cosas que nunca dejas de sentirlas, como el cariño, el odio, el dolor; Constantemente me recuerdo que debo continuar haciendo mis cosas, saliendo, riendo, llorando, se que debo seguir estudiando, aunque no me sirva de mucho en el futuro, sé que debo continuar aprendiendo, conociendo gente nueva, pero me es muy difícil saber que algún día los voy a perderlos también, es más fácil dejar de amar, de ese modo nunca más se sentiría dolor, pero es absurdo, no es fácil plantearse esa solución, quien querría dejar de amar, solo para dejar de sufrir, prefiero sufrir que dejar de amar.
Aunque el dolor es recurrente en mi vida, quizás nunca me acostumbre a el, a su presencia que me lastima, me daña, me hiere, pero soy feliz al poder sentir eso, en ese momento me doy cuenta de que en verdad me importa la gente, y no soy tan frío como pensaba, tal vez sienta diferente a los demás y afronte los problemas de otro modo, pero eso no me hace menos sensible al dolor, dolor que siento al ver la muerte, dolor que siento al ver el hambre y odio en mi mundo, tu mundo, nuestro mundo. ¿Pero yo qué sé?, ¿Qué sé yo?, ¿El mundo qué sabe?, ¿La humanidad qué sabe?, solo somos unos Ignorantes, aprendido a vivir, aprendido a sufrir, aprendido a vivir con el dolor, aprendido a amar, aprendido a querer, aprendido a ser tu mismo, ¿Tal vez debamos aprender a morir?, quizás y solo quizás sea más sencillo de lo que parece, y con todo esto, el dolor sigue presente aquí, dentro de ti, de mí, de todos, es lo que eres, somos dolor pero también amor.
Atentamente:
Luis Olivera
Barquisimeto – Venezuela
10:06 p.m.
Sábado, 24-Sep-05
p.d.: Este escrito es un poco viejo... A veces lo tomo como punto de eje, sobre mi propio desarrollo, y el me ha permitido ver mi crecimiento... El cual ha sido bastante.