Esta semana ha sido medio loca, mucho más de lo que es normalmente, quizás he dejado de ser tan tímido y he comenzado a agarrarle gusto hacer el ridículo en público, el ridículo delante de un montón de gente que en realidad no me conoce.
A veces solo queda reír para no llorar, y pues últimamente he reído demasiado. No quiero pensar ya en como me quedo el cabello después de haber decidido cortármelo un poquito, y haber salido de la peluquería con tres mechoncitos y con tres años menos, no sé si sea bueno que ahora parezca de 15 años, no sé si sea bueno que me vea totalmente diferente, no sé no logro acostumbrarme al hecho de no tener el cabello largo nunca más por lo menos por unos cuantos meses.
En lo único que pienso ahora, es en como poder hacer para no haber cometido este atentado contra mi cabello, el cual no tenía la culpa de la naciente locura incontrolada que reina en estos días. Solo espero que con mi cabello teñido de negro que cayo al suelo el día de hoy, se vaya mi racha de suerte extraña, y por fin, las cosas vuelvan a una “normalidad” (inventada), por lo menos por unos días, mientras me repongo de las cosas que últimamente he dicho y he hecho.
Hace días atrás comencé a desinhibirme, eso me da cada cierto tiempo, me vuelvo loco y con el tiempo logro contenerlo, pero inevitablemente siempre vuelve. Y con ella llega situaciones incontrolables, como el hecho de que sin querer ser gracioso hice que mi profesor de estructuras se sonrojara delante de la clase, por palabras que no debí decir, (“Ay ya va profesor es que usted me pone nervioso”), quizás fue la ladilla de ese momento, el fastidio de estar 3 horas encerrado escuchando música, porque la voz del profesor te molesta ligeramente, mirando por la ventana, el lejano rodar de los autos, el cercano jardín que crece alrededor del edificio, pensando en como será ser un pájaro que se escapa del encarcelamiento de una jaula, y huye con la ayuda de un cielo que le acompaña siempre.
Lo único bueno que puedo sacar de eso es que según mis compañeros, ya pase la materia. ¿No es eso bueno?. Mercurio anda medio retrogrado y me esta jodiendo las decisiones de mi vida, y no puedo estar seguro de si la culpa es de mercurio o mía. De cualquier forma, ni la luna creciente me devolverá el cabello perdido en cuestión de días, ni siquiera el sol podrá recoger las palabras que le dije al profesor de manera inconciente, solo para satisfacer a mis compañeros faltos de alegría en ese instante.
Poco a poco he olvidado lo que significa vergüenza, y ahora hasta en clases me duermo, no es que antes no lo hiciera, uff lo hago desde que matemática se transformo en calculo I, y siempre es igual de fino dormir en clases, es una de las cosas que más me gusta, pero antes lo hacía con la cabeza sobre la mesa, y sin que el profesor me viera, ahora ni siquiera eso, el sueño me ataca de pie, en cualquier postura, y hasta con mi cabeza apoyada sobre mi mano, así como si estuviera pensando, y el profesor deja de explicar para que yo pueda descansar. Y no sé si lo hace para que todos mis compañeros se rían de mi cansancio, o es una consideración de su parte.
Mercurio me esta destrozando los nervios, ahora hasta miedo tengo de parar un taxi, porque una vez tratando de parar uno, le di a una señora por la cara. La boca de la señora se movió así como en esas películas de acción medio cómicas donde el protagonista es golpeado y cae lentamente al suelo, no sabía que hacer. Lo único bueno de esa situación es que el taxi si se paro, y ahora tengo una linda anécdota para contarle a mis nietos.
Pero no es solo eso, a veces creo que mi lengua materna no es el español, o quizás es que la gente tiene un problema de audición. ¿Por qué cuando pregunto tiene para encuadernar, en una librería, la encargada del lugar me trae muchos cuadernos, (de raya, mixto, doble línea) e intenta vendérmelos? Y ¿Por qué yo me hago el interesado y le sigo la corriente en vez de decirle que no era eso lo que le estaba pidiendo?. Será por vergüenza de poner a la señora en ridículo por sorda.
Y no solo eso, me estoy convirtiendo en odioso, mucho más de lo que mi amiga Ana pudo enseñarme en su curso personalizado “¿Cómo ser Odioso en 10 lecciones? – Sarcasmo, Humor Negro, y Respuestas Pre-Fabricadas”.
Mis errores van más allá de los comunes errores en clases, estoy seguro que no soy tan exagerado como creen, bueno por lo menos no pronuncio Ohio, como Oio. Pero de todas maneras me estoy cansado de las cornetas de los automóviles que pasan muy cerca de mi, solo porque según ellos dicen que casi me matan por atravesado, y no es que sea atravesado es que no respetan la señalización, y así se inicia una discusión que culmina con señas de dedos, y mi acostumbrada indiferencia.
Y sin decir mentiras siento que estoy compitiendo con el coyote para ver a quién le pasan más cosas insólitas, y siento que le voy ganando. Es un fastidio, ahora no salgo sin antes mirar al cielo, para poder estar seguro que nada me pasará, que ladilla es cuando mercurio anda medio retrogrado.
A veces solo queda reír para no llorar, y pues últimamente he reído demasiado. No quiero pensar ya en como me quedo el cabello después de haber decidido cortármelo un poquito, y haber salido de la peluquería con tres mechoncitos y con tres años menos, no sé si sea bueno que ahora parezca de 15 años, no sé si sea bueno que me vea totalmente diferente, no sé no logro acostumbrarme al hecho de no tener el cabello largo nunca más por lo menos por unos cuantos meses.
En lo único que pienso ahora, es en como poder hacer para no haber cometido este atentado contra mi cabello, el cual no tenía la culpa de la naciente locura incontrolada que reina en estos días. Solo espero que con mi cabello teñido de negro que cayo al suelo el día de hoy, se vaya mi racha de suerte extraña, y por fin, las cosas vuelvan a una “normalidad” (inventada), por lo menos por unos días, mientras me repongo de las cosas que últimamente he dicho y he hecho.
Hace días atrás comencé a desinhibirme, eso me da cada cierto tiempo, me vuelvo loco y con el tiempo logro contenerlo, pero inevitablemente siempre vuelve. Y con ella llega situaciones incontrolables, como el hecho de que sin querer ser gracioso hice que mi profesor de estructuras se sonrojara delante de la clase, por palabras que no debí decir, (“Ay ya va profesor es que usted me pone nervioso”), quizás fue la ladilla de ese momento, el fastidio de estar 3 horas encerrado escuchando música, porque la voz del profesor te molesta ligeramente, mirando por la ventana, el lejano rodar de los autos, el cercano jardín que crece alrededor del edificio, pensando en como será ser un pájaro que se escapa del encarcelamiento de una jaula, y huye con la ayuda de un cielo que le acompaña siempre.
Lo único bueno que puedo sacar de eso es que según mis compañeros, ya pase la materia. ¿No es eso bueno?. Mercurio anda medio retrogrado y me esta jodiendo las decisiones de mi vida, y no puedo estar seguro de si la culpa es de mercurio o mía. De cualquier forma, ni la luna creciente me devolverá el cabello perdido en cuestión de días, ni siquiera el sol podrá recoger las palabras que le dije al profesor de manera inconciente, solo para satisfacer a mis compañeros faltos de alegría en ese instante.
Poco a poco he olvidado lo que significa vergüenza, y ahora hasta en clases me duermo, no es que antes no lo hiciera, uff lo hago desde que matemática se transformo en calculo I, y siempre es igual de fino dormir en clases, es una de las cosas que más me gusta, pero antes lo hacía con la cabeza sobre la mesa, y sin que el profesor me viera, ahora ni siquiera eso, el sueño me ataca de pie, en cualquier postura, y hasta con mi cabeza apoyada sobre mi mano, así como si estuviera pensando, y el profesor deja de explicar para que yo pueda descansar. Y no sé si lo hace para que todos mis compañeros se rían de mi cansancio, o es una consideración de su parte.
Mercurio me esta destrozando los nervios, ahora hasta miedo tengo de parar un taxi, porque una vez tratando de parar uno, le di a una señora por la cara. La boca de la señora se movió así como en esas películas de acción medio cómicas donde el protagonista es golpeado y cae lentamente al suelo, no sabía que hacer. Lo único bueno de esa situación es que el taxi si se paro, y ahora tengo una linda anécdota para contarle a mis nietos.
Pero no es solo eso, a veces creo que mi lengua materna no es el español, o quizás es que la gente tiene un problema de audición. ¿Por qué cuando pregunto tiene para encuadernar, en una librería, la encargada del lugar me trae muchos cuadernos, (de raya, mixto, doble línea) e intenta vendérmelos? Y ¿Por qué yo me hago el interesado y le sigo la corriente en vez de decirle que no era eso lo que le estaba pidiendo?. Será por vergüenza de poner a la señora en ridículo por sorda.
Y no solo eso, me estoy convirtiendo en odioso, mucho más de lo que mi amiga Ana pudo enseñarme en su curso personalizado “¿Cómo ser Odioso en 10 lecciones? – Sarcasmo, Humor Negro, y Respuestas Pre-Fabricadas”.
Mis errores van más allá de los comunes errores en clases, estoy seguro que no soy tan exagerado como creen, bueno por lo menos no pronuncio Ohio, como Oio. Pero de todas maneras me estoy cansado de las cornetas de los automóviles que pasan muy cerca de mi, solo porque según ellos dicen que casi me matan por atravesado, y no es que sea atravesado es que no respetan la señalización, y así se inicia una discusión que culmina con señas de dedos, y mi acostumbrada indiferencia.
Y sin decir mentiras siento que estoy compitiendo con el coyote para ver a quién le pasan más cosas insólitas, y siento que le voy ganando. Es un fastidio, ahora no salgo sin antes mirar al cielo, para poder estar seguro que nada me pasará, que ladilla es cuando mercurio anda medio retrogrado.
Atentamente
Luís Olivera
08:06Pm
13/Septiembre/2007
Brqto - Vzla
Luís Olivera
08:06Pm
13/Septiembre/2007
Brqto - Vzla
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