Xtranamnt

Un adiós que nunca busqué, pero que hoy se siente más tangible que el abismo que nos separa. Todas esas palabras que fui poco a poco acumulando en las paredes de mi habitación, son las que te quise decir, pero que nunca tuve el valor para hacerlo, igual que esos besos que en mi piel quedaron presos. Y ahora que lo pienso, la vida no es más que un sueño, un sueño del que tú ya has despertado... Trato de no arrepentirme por ser tan cobarde, tan débil, tan frágil, por no decirte una a una cada de una de esas palabras, los te amo atiborrados encima de los no me olvides, los "eres mi sol" cerca de los "te has convertido en mi todo", y esas lagrimas que se impregnaron la vez que la vida pudo más que yo, la vez que la vida pudo más que tu, y que sin querer escribí con el odio más grande del mundo, "me abandonaste, maldita egoísta"...

Tus fuerzas se esfumaron en el momento en que cerraste los ojos, y te entregaste a lo desconocido. Hoy recuerdo que nunca fuiste solamente tú, que siempre fuimos los dos, simplemente olvidamos que éramos uno, y nos separamos. Esta no es una carta para ti, es una carta para mí, para hacerme entender que ya no te tengo más, que desapareciste y ni tu ni yo pudimos darnos cuenta, solo cuando fue demasiado tarde reaccionamos, y te perdí, me perdiste.

La vida se vuelve tan complicada, que en un momento dado todo se vuelve absurdo, y solo me quedan las ganas de desear irme contigo, ya no me queda nada porque luchar, y ni un beso es bueno ya, porque sé que tú no estás. Ya no tengo algo que querer, ya no tengo fuerzas para andar, ni una vida que recorrer. Todo está en orden, tan calmado, tan cálido, sin embargo, me siento vacío, y ya no tengo una razón para permanecer, es egoísta lo sé, pero trato de entender ¿Por qué tú y no yo?.

El día que dijiste: "Deseo estar contigo para toda la maldita eternidad", te creí sabes, te creí... Pero ahora entiendo que no fue muy en serio, que te olvidaste de hacerlo, y me abandonaste en el primer intento. Miro al espejo intentando encontrar tu rostro, como aquellas veces que con mirada perdida te hundías en él. Pero ya no estás más, y solo a veces cuando el tiempo esta de buenas siento tu aroma, tu pureza cerca de mí, me agrada creer que estas aquí, pero lamento decir que no es más que parte de mi imaginación. A veces busco un pretexto para creer que ardes en llamas solo porque es lo justo, y la vida siempre es justa y más cuando despiertas y te cobra factura.

Sea justa o no, no es lo importante, buscar una razón, escapar sin pudor, gritar sin miedo, sentir el viento, vivir por primera vez, eso es lo importante lo sé, solo tengo temor de comenzar a vivir sin ti, darme cuenta que nunca fuiste indispensable para mi, y entender que todos somos descartables, así como lo hiciste tu conmigo, así como siento que lo haré yo contigo.

Y sin querer, sin aceptarlo del todo, sin percatarme, tus recuerdos, tus sonrisas, tus miradas, tus palabras, tus labios, tus malditos labios, tu aroma, tu andar, tu alegría efímera y la manera en como aceptabas la realidad fuera cual fuere, se van poco a poco de mi, son momentos que se destillen en el tiempo, y se borran de mi mente dando paso a otras cosas, quizás más simples, quizás menos importantes, pero que forman parte de mi presente, de mi ahora.

Besos que se quedaron guardados en un cajón, labios que ahora se resisten a morir sabiendo que nunca fueron capaces de besarte a ti. Abrazos que no llegaron a destino, unidas a miradas cómplices de nada. No fui capaz de ver que te irías, y ahora yo soy el que carga con tanta iría... Aun no logro descifrar a quién odio más, a ti porque irte o a mí por dejarte ir... Si aun permaneces a mi lado, despiértame por favor, así como tú despertaste, cuando tu vida se apago obviando mi corazón.

Maldito vicio que fue más fuerte que yo, tus cortadas se parecen a las que has dejado en mi alma, y aunque son difíciles de ver, arden como el mismísimo infierno, quemándome de adentro hacía fuera, ya mi celular no suena, pero aunque sé que no llegará nada aun sigo esperando tu respuesta. Tus miles de pecas se desvanecen una a una, tu cabello rojo ¿O era marrón?, igual ya no importa, se me ha olvidado al igual que tus ojos y tus labios, como tu convicción, y tus ganas de protegerme, sabiendo perfectamente que yo debía protegerte.

Ahora solo quedan las ganas de borrar tu nombre definitivamente, de olvidar que alguna vez pensé que fuimos uno, sin serlo realmente, que te ame tan desesperadamente que olvide incluirte en el paquete, que nunca supiste lo que sentía por ti, y que ahora que lo sabes ya de nada vale, porque no seré capaz de poder besarte.